Aina Bauza sigue sumando millas y competiciones importantes este verano
La mallorquina ha pasado el verano compitiendo en dos regatas míticas: Les Sables – Les Azores y La Solitaire du Figaro.
Con la competición Les Sables – Les Azores, Aina Bauza volvió a navegar por el Atlántico por segunda vez en 2024, esta vez en una de las citas más destacadas de la Clase Mini. Un recorrido de 2.400 millas en dos etapas que estuvo marcado por la variabilidad meteorológica y los constantes cambios de vela. La flota tuvo que lidiar con grandes encalmadas, pero también con vientos de 25 nudos y grandes olas.
La regatista sufrió un contratiempo solo medio día después del inicio de la segunda etapa de la regata, cuando chocó con un objeto mientras navegaba a 14 nudos de velocidad, lo que provocó la desconexión de uno de los herrajes del timón. Después de varias horas de reparaciones, pudo continuar. Días más tarde, la caña se bloqueó, rompiendo el piloto automático principal y los soportes del segundo piloto, dejándola sin asistencia a 600 millas de tierra. Navegar sin piloto implicaba no poder soltar la caña ni un momento y no poder descansar ni un minuto. Durante las horas de sol, Bauza se dedicaba a llevar la caña con una mano y a laminar el soporte del segundo piloto con la esperanza de que se secara y poder descansar unas horas. Sin embargo, la reparación de emergencia se rompía y tenía que volver a empezar el proceso al día siguiente. A pesar de las dificultades, logró llegar a Les Sables y completar la segunda etapa de la regata.
Una vez finalizada la competición, Bauza no perdió la oportunidad de participar en la primera edición a dos de la prestigiosa Solitaire du Figaro, una de las regatas más exigentes de la vela oceánica en solitario, que reúne anualmente a algunos de los mejores navegantes del mundo.
Bauza acompañó a la regatista americana Catherine Chimney en su proyecto a bordo de un Figaro 3. Tras una navegación por el río Sena desde la ciudad de Rouen, la regata cubrió 600 millas náuticas, partiendo de Le Havre, en el norte de Francia, y finalizando en Gijón, España. Esta travesía llevó a los navegantes a través del Canal de la Mancha, pasando por Wolf Rock, un icónico faro al suroeste de Inglaterra, antes de cruzar el Golfo de Vizcaya.
«Ha sido increíble poder participar en la primera edición de La Solitaire du Figaro que incorporaba la categoría a dos. La pasión por la vela que hay en Francia es enorme y hace que esta regata sea una gran fiesta, especialmente el prólogo navegando por el río Sena«, explica Bauza sobre la regata, que atrajo a más de un millón de visitantes a la ciudad de Rouen. “Además, navegar con los mejores del mundo siempre es estimulante”.
A pesar de que no pudieron entrenar juntas y de que tuvieron que enfrentarse a varias averías a bordo, lograron llegar a Gijón con éxito.
Próximos retos
A finales de septiembre, Aina Bauza tiene previsto participar en el Mundial Offshore representando al equipo español, con lo que cerrará la temporada de regatas. Después de haber navegado más de 11.000 millas, será el momento de sentarse y hacer trabajo de oficina para preparar nuevos proyectos y retos futuros, explica la regatista mallorquina.